Jardín orgánico.

El jardín orgánico es una forma de cultivar plantas sin usar productos químicos sintéticos, como pesticidas, herbicidas o fertilizantes. Se basa en el respeto por la naturaleza y el aprovechamiento de los recursos naturales, como el compost, el abono verde, la rotación de cultivos o el control biológico de plagas. El objetivo es obtener alimentos saludables, sabrosos y nutritivos, al mismo tiempo que se protege el medio ambiente y se ahorra dinero.

En este artículo te explicaremos cómo puedes crear tu propio Jardín orgánico en casa, ya sea en un espacio exterior como un patio, un balcón o una terraza, o en un espacio interior como una ventana, una mesa o una pared. Te daremos consejos sobre qué plantas elegir, cómo preparar el suelo, cómo sembrar, cómo regar, cómo abonar y cómo prevenir y combatir las enfermedades y las plagas. También te mostraremos algunos ejemplos de huertos orgánicos caseros que te inspirarán a empezar el tuyo.

El jardín orgánico es una forma de cultivar plantas sin usar productos químicos sintéticos, se basa en el respeto por la naturaleza.

¿Por qué hacer un Jardín orgánico en casa?

Son muchas las razones para practicar la jardinería orgánica en casa. Algunas de las más importantes son:

  • Salud: al cultivar tus propios alimentos orgánicos, evitas consumir residuos de productos químicos que pueden ser perjudiciales para tu salud y la de tu familia. Además, los alimentos orgánicos suelen tener más vitaminas, minerales y antioxidantes que los convencionales, lo que contribuye a prevenir enfermedades y a fortalecer el sistema inmunológico.
  • Sabor: los alimentos orgánicos tienen un sabor más intenso y natural que los convencionales, ya que conservan mejor sus propiedades organolépticas. Además, al cultivarlos tú mismo, puedes cosecharlos en su punto óptimo de maduración y consumirlos frescos, lo que mejora su calidad y su sabor.
  • Ahorro:  ahorras dinero en la compra de productos que suelen ser más caros que los convencionales. También ahorras en transporte, almacenamiento y envases, lo que reduce tu huella ecológica. Además, al aprovechar los residuos orgánicos para hacer compost o abono verde, ahorras en fertilizantes.
  • Medio ambiente: proteges el medio ambiente al evitar el uso de productos químicos que contaminan el suelo, el agua y el aire. También favoreces la biodiversidad al crear un hábitat para insectos beneficiosos, aves y otros animales. Asimismo, contribuyes a mitigar el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al transporte y la producción industrial de alimentos.
  • Ocio: disfrutas de una actividad relajante, creativa y gratificante que te permite estar en contacto con la naturaleza y desconectar del estrés diario. También aprendes sobre el ciclo de la vida de las plantas y desarrollas habilidades como la observación, la paciencia y la responsabilidad. Además, puedes compartir esta experiencia con tu familia o amigos y fomentar valores como la cooperación, el respeto y la solidaridad.
El jardín orgánico es una forma de cultivar plantas sin usar productos químicos sintéticos, se basa en el respeto por la naturaleza.

¿Qué plantas elegir para tu huerto orgánico en casa?

A la hora de elegir las plantas para tu huerto orgánico en casa, debes tener en cuenta varios factores:

  • El espacio disponible: según el tamaño y la orientación del espacio donde vas a cultivar tus plantas, podrás optar por unas u otras especies. Por ejemplo, si tienes un espacio exterior amplio y soleado, puedes cultivar plantas que requieren mucho espacio y luz, como tomates, calabacines o sandías. Si tienes un espacio exterior pequeño o sombreado, puedes cultivar plantas que requieren poco espacio y luz, como lechugas, espinacas o fresas. Si tienes un espacio interior con buena iluminación natural o artificial, puedes cultivar plantas que se adaptan bien a las condiciones interiores, como hierbas aromáticas y germinados..
  • La estación del año: según la época del año en la que te encuentres, podrás sembrar unas u otras plantas. Por ejemplo, si estás en primavera o verano, puedes sembrar plantas que necesitan calor para crecer, como tomates, pepinos o albahaca. Si estás en otoño o invierno, puedes sembrar plantas que resisten el frío, como coles, zanahorias o perejil. También puedes usar invernaderos, túneles o acolchados para proteger tus plantas de las heladas o el exceso de calor.
  • Tus gustos y necesidades: según tus preferencias y hábitos alimenticios, podrás elegir las plantas que más te gusten y que más uses en tu cocina. Por ejemplo, si te gusta la comida mexicana, puedes cultivar chiles, cilantro o cebollas. Si te gusta la comida italiana, puedes cultivar tomates, albahaca o orégano. Si te gusta la comida oriental, puedes cultivar brotes de soja, jengibre o cebollino. También puedes experimentar con plantas exóticas o desconocidas que te sorprendan por su sabor o sus propiedades.

¿Cómo preparar el suelo para tu Jardín orgánico en casa?

El suelo es el elemento fundamental para el éxito de tu huerto orgánico en casa, ya que de él depende la nutrición y el desarrollo de tus plantas. Por eso, debes prepararlo adecuadamente antes de sembrar o trasplantar tus plantas. Estos son los pasos que debes seguir:

  • Elige el recipiente adecuado: según el espacio disponible y el tipo de planta que vas a cultivar, puedes usar distintos recipientes para tu huerto orgánico en casa. Por ejemplo, si tienes un espacio exterior amplio y quieres cultivar plantas de gran tamaño o raíz profunda, puedes usar camas elevadas, bancales o contenedores grandes. Si tienes un espacio exterior pequeño y quieres cultivar plantas de pequeño tamaño o raíz superficial, puedes usar macetas, jardineras o cajones. Si tienes un espacio interior y quieres cultivar plantas de muy pequeño tamaño o sin raíz, puedes usar bandejas, platos o frascos.
  • Limpia el recipiente: antes de llenar el recipiente con sustrato, debes limpiarlo bien para eliminar cualquier resto de tierra, polvo o suciedad que pueda contener. Esto evitará la proliferación de hongos, bacterias u otros organismos nocivos para tus plantas. Puedes usar agua jabonosa y un cepillo para frotar el recipiente por dentro y por fuera. Luego debes enjuagarlo bien con agua limpia y dejarlo secar al sol.
  • Haz agujeros de drenaje: si el recipiente que vas a usar no tiene agujeros en la parte inferior, debes hacerlos tú mismo con un taladro o una herramienta punzante. Esto permitirá que el exceso de agua salga del recipiente y evite el encharcamiento del sustrato. Los agujeros deben ser lo suficientemente grandes como para que salga el agua pero no el sustrato. Puedes hacer entre 3 y 5 agujeros por cada 30 cm2 de superficie del recipiente.
  • Coloca una capa de drenaje: sobre los agujeros de drenaje del recipiente, debes colocar una capa de material grueso e inorgánico que impida que el sustrato se salga por los agujeros pero que permita que el agua los atraviese. Puedes usar piedras pequeñas, grava, arcilla expandida o trozos de maceta rota. La capa debe tener entre 2 y 5 cm de grosor.
  • Llena el recipiente con sustrato: sobre la capa de drenaje del recipiente, debes llenarlo con sustrato hasta unos 2 cm del borde superior. El sustrato es la mezcla de materiales orgánicos e inorgánicos que sirve como soporte y alimento para las plantas. Puedes comprar sustrato comercial específico para huertos orgánicos o hacer tu propio sustrato casero con compost, tierra vegetal y arena. El sustrato debe ser ligero, esponjoso y rico en nutrientes.
  • Nivela y riega el sustrato: una vez lleno el recipiente con sustrato, debes nivelarlo con una pala o una mano para que quede uniforme y sin huecos. Luego debes regar el sustrato con agua limpia y sin cloro hasta que esté húmedo pero no encharcado. Puedes usar una regadera, una botella o una manguera con un difusor. El riego debe ser suave y uniforme para no erosionar el sustrato ni formar costras.
El jardín orgánico es una forma de cultivar plantas sin usar productos químicos sintéticos, se basa en el respeto por la naturaleza.

¿Cómo sembrar o trasplantar las plantas para tu Jardín orgánico en casa?

Una vez preparado el suelo para tu huerto orgánico en casa, debes sembrar o trasplantar las plantas que hayas elegido. Estos son los pasos que debes seguir:

  • Elige el método de siembra o trasplante: según el tipo de planta que vayas a cultivar, puedes optar por sembrar las semillas directamente en el sustrato o trasplantar las plántulas que hayas comprado o germinado previamente. Por ejemplo, si vas a cultivar plantas de crecimiento rápido y fácil, como lechugas, rábanos o zanahorias, puedes sembrar las semillas directamente en el sustrato. Si vas a cultivar plantas de crecimiento lento y difícil, como tomates, pimientos o berenjenas, puedes trasplantar las plántulas que hayas comprado en un vivero o germinado en casa.
  • Haz los agujeros o surcos: según el método de siembra o trasplante que hayas elegido, debes hacer los agujeros o surcos donde vas a colocar las semillas o las plántulas. Puedes usar una pala, un palo o un dedo para hacer los agujeros o surcos. Los agujeros deben tener la profundidad adecuada para cada tipo de semilla o plántula, que suele ser entre 1 y 3 veces el tamaño de la semilla o el diámetro del tallo. Los surcos deben tener la anchura y la profundidad adecuadas para cada tipo de planta, que suele ser entre 2 y 5 cm. Los agujeros o surcos deben estar separados entre sí según la distancia de siembra o trasplante recomendada para cada tipo de planta, que suele variar entre 10 y 50 cm.
  • Coloca las semillas o las plántulas: según el método de siembra o trasplante que hayas elegido, debes colocar las semillas o las plántulas en los agujeros o surcos que hayas hecho. Puedes usar una pinza, una cuchara o una mano para colocar las semillas o las plántulas. Las semillas deben estar bien distribuidas y sin amontonarse. Las plántulas deben estar bien sujetas y sin dañarse. Debes retirar con cuidado el envase que contenga la plántula, ya sea una maceta, una bandeja o un papel, y conservar el cepellón de tierra que rodea las raíces.
  • Cubre las semillas o las plántulas: según el método de siembra o trasplante que hayas elegido, debes cubrir las semillas o las plántulas con sustrato. Puedes usar una pala, una cuchara o una mano para cubrir las semillas o las plántulas. El sustrato debe quedar bien compactado y nivelado alrededor de las semillas o las plántulas. No debes cubrir demasiado ni demasiado poco las semillas o las plántulas, ya que podrían no germinar o asfixiarse.
  • Riega las semillas o las plántulas: después de sembrar o trasplantar las plantas para tu huerto orgánico en casa, debes regarlas con agua limpia y sin cloro hasta que el sustrato esté húmedo, pero no encharcado. Puedes usar una regadera, una botella o una manguera con un difusor. El riego debe ser suave y uniforme para no arrastrar ni enterrar las semillas o las plántulas.
El jardín orgánico es una forma de cultivar plantas sin usar productos químicos sintéticos, se basa en el respeto por la naturaleza.

¿Cómo cuidar tu Jardín orgánico en casa?

Una vez sembradas o trasplantadas las plantas para tu huerto orgánico en casa, debes cuidarlas periódicamente para que crezcan sanas y fuertes. Estos son los cuidados básicos que debes realizar:

  • Riega tus plantas: debes regar tus plantas con agua limpia y sin cloro cuando el sustrato esté seco al tacto. La frecuencia y la cantidad de riego dependerán del tipo de planta, del clima y de la estación del año. Por lo general, debes regar más a menudo y más abundante en verano que en invierno, y más a menudo y menos abundante en primavera que en otoño. También debes regar más a menudo y menos abundante las plantas de hoja que las de fruto, y más a menudo y más abundante las plantas de raíz que las de tallo. El riego debe ser preferiblemente por la mañana o por la tarde, nunca al mediodía ni cuando haya sol directo. El riego debe ser suave y uniforme, evitando mojar las hojas y los frutos.
  • Abona tus plantas: debes abonar tus plantas con fertilizantes orgánicos cuando el sustrato esté pobre en nutrientes. La frecuencia y la cantidad de abono dependerán del tipo de planta, del sustrato y de la estación del año. Por lo general, debes abonar más a menudo y más abundante en primavera que en otoño, y más a menudo y menos abundante en verano que en invierno. También debes abonar más a menudo y más abundante las plantas de fruto que las de hoja, y más a menudo y menos abundante las plantas de tallo que las de raíz. El abono debe ser preferiblemente líquido o granulado, nunca sólido ni polvo. El abono debe ser aplicado sobre el sustrato o disuelto en el agua de riego, evitando el contacto directo con las hojas y los frutos.
  • Poda tus plantas: debes podar tus plantas con una tijera o una cuchilla cuando tengan ramas o hojas secas, enfermas o dañadas. La frecuencia y la intensidad de la poda dependerán del tipo de planta, del crecimiento y de la producción. Por lo general, debes podar más a menudo y más intensa en invierno que en verano, y más a menudo y menos intensa en primavera que en otoño. También debes podar más a menudo y más intensa las plantas de tallo que las de hoja, y más a menudo y menos intensa las plantas de fruto que las de raíz. La poda debe ser preferiblemente por la mañana o por la tarde, nunca al mediodía ni cuando haya sol directo. La poda debe ser limpia y precisa, evitando dejar heridas abiertas o ramas desgarradas.
  • Previene y combate las plagas y enfermedades: debes prevenir y combatir las plagas y enfermedades que puedan afectar a tus plantas con métodos orgánicos. La frecuencia y la eficacia de la prevención y el combate dependerán del tipo de plaga o enfermedad, del clima y de la estación del año. Por lo general, debes prevenir y combatir más a menudo y más eficaz en verano que en invierno, y más a menudo y menos eficaz en primavera que en otoño. También debes prevenir y combatir más a menudo y más eficaz las plagas que las enfermedades, y más a menudo y menos eficaz los insectos que los hongos. La prevención y el combate deben ser preferiblemente preventivos o curativos, nunca paliativos ni erradicadores. La prevención y el combate deben ser aplicados sobre las partes afectadas o sobre todo el cultivo, evitando el contacto directo con las partes sanas o comestibles.

Algunos métodos orgánicos para prevenir y combatir las plagas y enfermedades son:

  • Rotación de cultivos: consiste en cambiar el lugar donde se cultivan las plantas cada cierto tiempo para evitar el agotamiento del suelo, la acumulación de patógenos o la atracción de plagas específicas.
  • Asociación de cultivos: consiste en combinar plantas que se benefician mutuamente por sus propiedades repelentes, atractivas o complementarias para mejorar el crecimiento, la producción o la defensa.
  • Control biológico: consiste en introducir o favorecer organismos beneficiosos que se alimentan o parasitan a los organismos perjudiciales para las plantas, como insectos depredadores, aves, lombrices o microorganismos
  • Trampas y barreras: consisten en colocar dispositivos o materiales que capturan o impiden el acceso de los organismos perjudiciales para las plantas, como trampas de colores, pegajosas o con cebo, mallas, telas o plásticos.
  • Extractos y repelentes: consisten en aplicar sustancias naturales que disuaden o eliminan a los organismos perjudiciales para las plantas, como extractos de ajo, cebolla, ortiga, cola de caballo, jabón potásico, vinagre o alcohol.
  • Resistencia y tolerancia: consisten en elegir o mejorar variedades de plantas que poseen características genéticas que les permiten resistir o tolerar el ataque de los organismos perjudiciales para las plantas, como híbridos, injertos o transgénicos.

¿Cómo cosechar tu Jardín orgánico en casa?

Una vez cuidadas tus plantas para tu huerto orgánico en casa, debes cosecharlas cuando estén listas para el consumo. Estos son los pasos que debes seguir:

  • Elige el momento adecuado: según el tipo de planta que hayas cultivado, debes cosecharla cuando alcance el tamaño, el color, la forma o el aroma óptimos para su consumo. Por ejemplo, si has cultivado lechugas, debes cosecharlas cuando tengan las hojas tiernas y verdes. Si has cultivado tomates, debes cosecharlos cuando tengan la piel roja y firme. Si has cultivado zanahorias, debes cosecharlas cuando tengan la raíz naranja y gruesa. Si has cultivado albahaca, debes cosecharla cuando tenga las hojas aromáticas y sin flores.
  • Corta o arranca las plantas: según el tipo de planta que hayas cultivado, debes cortarla o arrancarla con cuidado para no dañarla ni desperdiciarla. Puedes usar una tijera, un cuchillo o una mano para cortar o arrancar las plantas. Debes cortar o arrancar solo la parte comestible de la planta, dejando el resto en el sustrato para que siga creciendo o se descomponga. Debes cortar o arrancar la planta lo más cerca posible del sustrato, evitando dejar tallos o raíces largos.
  • Limpia y almacena las plantas: después de cosechar las plantas para tu huerto orgánico en casa, debes limpiarlas y almacenarlas adecuadamente para conservarlas frescas y sanas. Puedes usar agua limpia y un cepillo para limpiar las plantas. Debes eliminar cualquier resto de tierra, polvo o insectos que puedan tener las plantas. Debes secar bien las plantas con un paño o un papel antes de almacenarlas. Puedes usar bolsas, cajas o frascos para almacenar las plantas. Debes guardar las plantas en un lugar fresco, seco y oscuro, evitando la exposición al sol o al calor. Debes consumir las plantas lo antes posible, ya que pierden calidad y sabor con el tiempo.

Ejemplos de huertos orgánicos caseros

Para inspirarte a crear tu propio huerto orgánico en casa, te mostramos algunos ejemplos de huertos orgánicos caseros que han sido realizados por personas como tú:

  • Jardín orgánico en un balcón: este huerto orgánico se ha creado en un balcón de unos 10 m2. Se han usado macetas y jardineras de distintos tamaños y formas para cultivar plantas como tomates cherry, lechugas, pimientos, fresas y hierbas aromáticas. Se ha aprovechado la barandilla del balcón para colgar macetas con plantas trepadoras como judías verdes y guisantes. Se ha usado un sistema de riego por goteo con botellas recicladas para ahorrar agua y tiempo. Se ha usado compost casero hecho con residuos orgánicos para abonar las plantas. Se ha usado una malla sombreadora para proteger las plantas del sol directo en verano.
  • Jardín orgánico en una ventana: este huerto orgánico se ha creado en una ventana de unos 2 m2. Se han usado bandejas y platos de distintos colores y materiales para cultivar plantas como lechugas, espinacas, rábanos y microgreens. Se ha aprovechado el alféizar de la ventana para colocar las bandejas y platos con las plantas. Se ha usado un pulverizador con agua para regar las plantas a diario. Se ha usado abono verde hecho con semillas de trébol o alfalfa para enriquecer el sustrato. Se ha usado un papel de aluminio para reflejar la luz y aumentar la iluminación de las plantas.
  • Jardín orgánico en una pared: este huerto orgánico se ha creado en una pared de unos 5 m2. Se han usado bolsas, botellas y latas recicladas para cultivar plantas como lechugas, acelgas, fresas y hierbas aromáticas. Se ha aprovechado una estructura metálica o de madera para colgar las bolsas, botellas y latas con las plantas. Se ha usado un sistema de riego por gravedad con un depósito y unas mangueras para regar las plantas automáticamente. Se ha usado compost casero hecho con residuos orgánicos para abonar las plantas. Se ha usado una tela o un plástico para cubrir las plantas en caso de heladas o lluvias.

Esperamos que este artículo te haya servido para aprender más sobre la jardinería orgánica y te haya animado a crear tu propio huerto orgánico en casa. Recuerda que la jardinería orgánica es una forma de cultivar alimentos saludables, sabrosos y ecológicos, al mismo tiempo que disfrutas de una actividad divertida y educativa. ¡Anímate y comparte tu experiencia con nosotros! 😊

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